Felipe
Moreno además de estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas, es un tipo al
que siempre se le suele ver con bolsas de compras en la mano. Esta patología
que se le identifica llega a ser tan extrema que se ha llegado a investigar que
no puede estar más de dos horas sin salir de casa, por eso sale aunque
sea al mini market de la plaza en la que vive. Desde pequeño su madre
nunca le llevaba a comprar con ella porque nos cuenta que pedía hasta en la
farmacia.
Sus exageradas compras compulsivas hacen que
este individuo adquiera todo tipo de ingredientes habidos y por haber,
creando así ciertas mezclas raras que suelen gustar a todo el mundo.
Felipe, desde que fue engendrado ya respiraba
y notaba el calor de los fogones, y es que su madre se dedica profesionalmente
a la cocina de un pequeño establecimiento. Está convencido de que sabe cocinar cualquier
cosa y asegura que aprendió a cocinar en el momento que dejó apartados los
libros de recetas en un cajón y aprendió a huir sutilmente de los consejos de
su madre.
Se define como un chaval preocupado y arriesgado en la cocina. "¡Y tan
arriesgado que es!" pensamos nosotros, puesto que su pasión por el queso y el
surimi hace que lo utilice en la mayoría de sus platos, introduciéndolos de una
forma tan extraña que llega a gustar.
Creador de muchas recetas inventadas por él
mismo y que nadie puede copiar, ni tan si quiera él puede crear dos platos
iguales ya que las cantidades a utilizar cada vez que cocina son “a ojo de buen
cubero”.
Todo esto nos lleva a una conclusión: Felipe, te necesitamos en el blog
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